De eso hace ya bastante tiempo. No somos los mismos. Aunque la esencia debe ser la misma, supongo. Ahora me sigo sorprendiendo de que esa musa bohemia me acompañe cada día aunque la distancia parezca larga y yo ande aquí viviendo en el futuro. Quizá por eso anoche me emocionó verte. Supongo que verte ahí, al otro lado, cercana y sonriente me hizo darme cuenta de que sigues siendo real y de que a veces las horas parecen estirarse porque no estás pero, en el fondo, sé que vale la pena aguantar los días de treinta y dos horas.
Esto no es más que una reflexión cargada de recuerdos. Podía decirte que te quiero, que te echo de menos, que hace un año ya nos hablábamos en aquellos días de biblioteca acompañados de otros y que la distancia la siguen haciendo las personas más que los kilómetros. Pero todo eso ya lo sabes. Buenos días, amore. Espero que hayas dormido mejor que bien pero peor que maravillosamente.
Ya sé que esta foto no te encanta por cómo sales,
pero creo que para que la veamos nosotros,
y quien se acerque por aquí, nos puede valer.
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